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El verano llega a su fin y a todos nos toca retomar nuestra rutina diaria. Al igual que para los adultos, también para los niños volver a la rutina es beneficioso. Según los expertos, los más pequeños se sienten más seguros, confiados y tranquilos. Aún así, la vuelta siempre es difícil y la adaptación debe ser progresiva, por lo que aconsejan seguir una serie de pautas que faciliten la adaptación de los menores y que, además sirvan para instaurar normas en casa.

PASOS A SEGUIR para recuperar las rutinas y horarios habituales

Durante los meses de verano, los horarios de los niños cambian totalmente. En general, se acuestan y se despiertan más tarde e incluso las comidas se realizan a horas diferentes de las habituales; por eso, lo primero que tenemos que cambiar son los horarios, pero eso sí, poco a poco, de forma progresiva.

1. LA HORA DE IRSE  A LA CAMA
La clave está en anticiparse unos días, adaptando el horario. Como sugerencia, se puede organizar el día siguiendo unas pautas comunes a las que el niño tiene en los días escolares, con una tarde repleta de actividades que le facilite acostarse temprano. Y a la hora de irse a la cama, nosotros diseñamos lo que mejor le va al niño, repitiendo todos los días los mismos pasos, a la misma hora. Por ejemplo, ¿baño, pijama, cena, cuento, cama? ¿Con su osito en la almohada y el cuento elegido entre ambos? ¿Con música relajante mientras leemos el cuento?…

Importante: Trata de reservar un tiempo para que la rutina antes de acostarse sea sin prisas y relajante para todo el mundo.

2. LA HORA DE LEVANTARSE
Durante esos días antes de volver al cole, es importarte despertarse a la misma hora, asegurándose que el sueño sea de calidad y dure más o menos lo mismo. Nunca menos.

3. RECUPERAR LOS HORARIOS DE COMIDA
Si la hora de comida durante el verano ha variado considerablemente, ahora es el momento de integrarla directamente, sin transiciones y establecer un ritual bien claro: lavarse las manos, sentarse en su silla, no levantarse de la mesa y comer tranquilamente, pero sin pausa. Relajados, pasándolo bien, disfrutando, pero respetando nuestras propias reglas.

4. RECUPERAR LA DIETA EQUILIBRADA
Regresar a las 5 comidas diarias. La comida infantil debe incluir alimentos esenciales como las legumbres, carnes, pescados, frutas y verduras, ya que son primordiales tanto para su buen desarrollo físico como intelectual. El consejo es reducir el número de dulces, refrescos y snacks (propios del verano) y, a su vez introducir, más piezas de frutas. Los lácteos y frutos secos son buenos compañeros de la “vuelta al cole” y se pueden convertir en sustitutos de “chuches y helados”.

5. CONTROLAR LOS TIEMPOS DE JUEGO Y OCIO
El fin de las vacaciones implica el regreso de los deberes y de las actividades extraescolares, lo que supondrá menos tiempo para juegos y ocio, por lo que es importante controlar el tiempo destinado a ver la televisión, jugar fuera de casa o utilizar el ordenador u otros dispositivos electrónicos.

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Cada niño es un mundo. La adaptación puede durar unos días o unas semanas, pero al final, todos los niños terminan adaptándose.

¡¡¡Y recuerda: Aplica el sentido común y plantea el fin de las vacaciones y el regreso al colegio con una actitud positiva!!!

(ver POST SEPTIEMBRE 2016).

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