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La gripe es una enfermedad causada por un virus, pero un virus especial que tiene la capacidad de cambiar con mucha facilidad. Cada año se produce una epidemia que afecta a una parte de la población. Este año ha llegado antes de lo habitual (casi tres semanas). El pico más alto se espera para finales de enero y mediados de febrero. Los niños son una población de riesgo, con una incidencia de casos, según los expertos, elevada y además son un factor fundamental en la cadena de transmisión de la enfermedad.

CUÁNDO ACUDIR AL PEDIATRA O AL CENTRO DE SALUD

En niños sanos, en la inmensa mayoría de los casos, la gripe es una enfermedad leve que cursa sin complicaciones y no necesita tratamiento especial. Pero si se detecta alguno de los siguientes síntomas, se debe acudir de inmediato al pediatra o a Urgencias:

• Si su hijo está adormilado, muy decaído o muy irritable • Si ha tenido una convulsión.

• Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces. Si el niño tiene otros síntomas neurológicos: ve mal, no mueve bien los brazos o las piernas, camina o habla con dificultad.

• Si el niño respira con dificultad o si la dificultad respiratoria empeora: respira cada vez más deprisa, se le marcan las costillas, mueve mucho el abdomen o se le hunde el pecho. Si se pone morado o pálido.

• Si el niño vomita mucho, no tolera sólidos ni líquidos, o vomita aunque no tome nada. Si tiene mucha sed, los ojos hundidos, llora sin lágrimas u orina poco.

• Si presenta en la piel manchas rojizas de aparición brusca.

• Si no pueden controlar la fiebre después de 4 días de evolución.

RECOMENDACIONES PARA EVITAR CONTAGIOS

• Utilice pañuelos desechables para la limpieza de mocos y para cubrir la boca al toser o estornudar.

• Limpieza frecuente de las manos del niño y los adultos que cuidan del pequeño; entre 5 y 10 veces al día, con agua y jabón durante 15 o 20 segundos, sobre todo después de toser o estornudar.

• Utilice una toalla para él solo y no comparta los cubiertos y vasos sin lavarlos previamente.

• Ventile adecuadamente la habitación.

• Limite lo máximo posible los contactos con otros niños o adultos.

• No envíe al niño a la guardería ni al colegio hasta un día después de desaparecer la fiebre.

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